En poco tiempo, las salidas de «Catalunya Experience« ya se han convertido en un referente para la gente a la que le gusta viajar en general y quiere conocer el territorio y sus gentes en particular.
Esta ha sido la primera ocasión, y espero que no la última, en la que he podido disfrutar de la reciente «Catalunya Experience» dedicada a «Las Terres de Lleida y el Pirineo». En este modesto artículo intentaré que a través de mis reseñas, comentarios y fotografías se os cree la necesidad de visitar esos parajes y pueblos tan maravillosos y tan cercanos que tenemos.
Introducción
«Catalunya Experience» propone recorridos por Catalunya con el objetivo de profundizar en la geografía del gusto a través de un fuerte componente experimental. Este punto de vista ayuda a entender su gente, sus costumbre y su paisaje para comprender su gastronomía a través de los olores, sabores y texturas de sus productos. En este caso realizaremos un maravilloso recorrido por «Las Terres de Lleida y el Pirineo».
En Lleida, ya desde el tiempo de los romanos hasta nuestros días, han sabido cultivar el arte de la restauración. Los caracoles a la llauna, la girella, la ternera protegida de los Pirineos, el queso y la mantequilla del Cadí, el vino con DO Costers de Segre, la coca de recapte, la cassola de tros y un sinfín de otros productos y elaboraciones conforman la actual gastronomía leridana. En cuanto a los Pirineos decir que tiene una riqueza gastronómica sin igual en la que se combinan recetas milenarias elaboradas con paciencia a fuego lento, con sabores fuertes y aromas de gran potencia y con materias primas de la tierra: caza, setas, embutidos,…. Podemos hablar de la ternera de los Pirineos, el pollo de payés, el cordero,… y de sus elaboraciones en forma de patés, el arroz de mar y montaña, la escudella y la carn d’olla, la olla aranesa o el trinxat.
Día 0. Llegada a Lleida ciudad
Como punto de aproximación a nuestra ruta del día siguiente, pasamos la primera noche de nuestro viaje en el Parador de Lleida. Está ubicado en un antiguo convento del siglo XVII, en pleno centro histórico de la ciudad y a escasos metros de la calle Mayor que es el eje comercial peatonal de la ciudad. Cuenta con 53 habitaciones organizadas alrededor de un precioso claustro central de tres pisos de altura desde el que se accede a la iglesia, ahora convertida en restaurante.
Una vez acomodados, llegada la noche, nos dirigimos a degustar la cena de bienvenida. Un agradable paseo a pie de apenas 15 minutos nos llevó al Restaurante l’Espurna con un espacio y decoración concebidos para disfrutar de la buena mesa en torno a su cocina. Su chef Jesús Gimena nos deleitó con una propuesta gastronómica inmejorable, donde proximidad y temporada van siempre de la mano y complementada con una cuidada y amplia selección de vinos de la DO Costers de Segre entre otros. Tradición y vanguardia se entremezclan dando como resultado verdaderas exquisiteces. La brasa y los fondos con los que el chef laca los pescados y carnes, la firma de nuevos platos con técnicas vanguardistas, el excelente trato del producto de proximidad y de temporada, son su sello de identidad.
Día 1. Pobla de Cérvoles, L’Espluga Calba, Os de Balaguer y Erill la Vall.
En el Término Municipal de La Pobla de Cérvoles se encuentra «La Viña de los Artistas», una viña ecológica transformada en una sorprendente sala de exposiciones abierta a todos y donde esculturas e instalaciones de grandes proporciones de artistas como Carles Santos, Guinovart, Joan Brossa, Susana Solano, Evru (Zush) y Frederic Amat conviven en libertad entre cepas y olivos. Las fincas están situadas en la DO Costers de Segre, en Les Garrigues, en una zona de montaña a más de 700 m sobre el nivel del mar. La peculiaridad del suelo de estas fincas, la baja pluviometría, la alta insolación y el gran salto térmico entre el día y la noche permiten que, después de un minucioso y constante trabajo, se obtengan unos caldos de excepcional calidad.
Siguiendo nuestro recorrido nos acercamos a la Bodega Mas Blach i Jové donde hicimos una cata de algunos de los excelentes vinos elaborados por el Celler. Desde la finca se disfruta de unas maravillosas vistas de Pobla de Cérvoles.
A escasos 25 kilómetros nos encontramos en l’Espluga Calba, una población rodeada por completo de olivos y almendros. Y es ahí donde visitamos Nousegons, uno de los mayores productores de aceite de oliva de Cataluña y donde, a partir de las aceitunas de la variedad Arbequina, pequeñas, redondas y de pulpa firme, consiguen un aceite de oliva de baja acidez calificado por los expertos como uno de los mejores de España. Tuvimos ocasión de realizar una cata a ciegas de aromas y de aceites de oliva terminando la experiencia con una comida al aire libre entre olivos en la que el chef Gonzalo Ferreruela nos preparó un viaje gastronómico con productos y elaboraciones del territorio y maridado todo con vinos de la D.O. Costers de Segre.
Después de comer nos acercamos a Os de Balaguer. Una visita a su castillo fortificado “Malignum Castro” nos traslada a la Edad Media. De origen árabe, fue fortificado en 1035 y rehabilitado en 2011. Durante la Edad Media fue una plaza estratégica muy importante y escenario de las batallas entre los condes de Urgell y los de Cabrera o la entrega del castillo por parte de Ferran I de Antequera al caballero Joan Vivot el 1415. En su interior se encuentra la sala gótica donde actualmente está el “Museu de Campanes de Catalunya”. No dejéis Os de Balaguer sin degustar las maravillosas variedades de miel de la zona. Están de rechupete os lo aseguro.
Una actividad alternativa a la visita anterior es dirigirse a Àger y disfrutar de la actividad “Pasajero del Cielo” de vuelo en parapente…… para los más intrépidos claro. Se sale en un parapente biplaza con un instructor desde el Montsec, con un desnivel de entre 600 y 1.050 metros.
Después de una jornada a tope de experiencias y emociones necesitamos un lugar para el descanso del guerrero y nada mejor que alojarse en el Hostal La Plaça de Erill la Vall, justo delante de la “Iglesia Románica de Santa Eulàlia” declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es un hotel de carácter familiar que ha pasado de generación en generación donde se respira un ambiente tranquilo y agradable. Dispone de cómodas y bien equipadas habitaciones y de un restaurante con cocina casera actualizada. Era lo que necesitábamos, os lo aseguro. Ni que decir que la cena que nos sirvieron estuvo riquíiiiiiisima. Nos encontramos en el centro del Valle de Boi enmarcados en un entorno natural privilegiado. Muy cerca se puede disfrutar de la belleza del “Parque Nacional de Aigües Tortes” y “Estany de Sant Maurici”, del paisaje cultural del conjunto de iglesias románicas de los alrededores, la nieve de la “Estación de Esquí de Boi-Taüll”, el termalismo del “Balneario de Caldes de Boi” y un amplio abanico de actividades al aire libre.
Día 2. Taüll, Barruera, Llesp y Durro.
Después de un delicioso desayuno en el Hostal La Plaça y de un corto y agradable paseo, visitamos el Centro del Románico del Valle de Boi. Descubrimos cómo llega el románico hasta el Valle, de dónde provienen la iconografía y la figuración de nuestro románico, cómo era la sociedad medieval, qué técnicas se utilizaban en la construcción y la decoración de las iglesias, el aspecto de estos templos a principio del siglo XX… Nos desplazamos hasta Taüll donde realizamos una visita guiada a la “Iglesia Románica de Sant Climent de Taüll” por cortesía del Centro del Románico del Valle de Boi. Vale la pena detenerse en la historia de esta maravilla del románico. Consagrada el 10 de diciembre de 1123 por Ramón Guillem, obispo de Roda-Barbastro, se levanta sobre un templo del siglo XI. Es el prototipo de iglesia románica de planta basilical con las tres naves separadas por columnas y cubierta de madera a dos aguas, cabecera con tres ábsides y esbelto campanario de torre. En la iglesia se han recuperado recientemente importantes fragmentos de pintura original románica conservados “in situ” y se ha implementado un nuevo proyecto museográfico que incluye la proyección mediante video mapping de las pinturas del ábside central. Éste es un medio completamente innovador de restitución pictórica que aprovecha las posibilidades técnicas de reproducción virtual del video mapping para mostrarnos como sería la Iglesia de Sant Climent de Taüll en el siglo XII, presentando las pinturas integradas en la propia arquitectura del edificio. Tres tallas románicas completan el conjunto de bienes muebles conservados en el interior del templo.
Muy cerca de la Iglesia de Sant Climent de Taüll, visitamos la Quesería de Taüll. Unos pequeños productores de queso de cabra que elaboran a partir de la leche que obtienen de su propio rebaño que se alimenta sobre todo de los pastos por donde pasea cada día alrededor de Taüll complementados con cereales y forrajes ecológicos recomendados por un nutricionista. Esta alimentación y las condiciones climatológicas a 1.500 metros de altitud, dan a los quesos un sabor y una textura especiales. Producen sobre todo cuatro tipos de quesos con leche cruda de cabra: el Craba, de pasta blanda; el Serrat, curado entre dos y seis meses; el Truc, tierno y salado, y el Craba10, de una pasta cocida de gran tamaño. También en Taüll se encuentra Taüll Orgànics que elabora sus productos a partir de plantas medicinales que cultivan en la alta montaña, en su medio natural, con nieve, frío, espléndida primavera y cálido verano que, unidos al agua de lluvia y manantial y una atmósfera pura, ayuda a que crezcan con la máxima calidad en principios activos, siendo recolectadas en el momento de su máximo esplendor. Tuvimos ocasión de visitar el campo de árnica considerada el mejor antiinflamatorio natural. Sus brillantes flores amarillas que antes abundaban en los prados pirenaicos, hoy se encuentran en peligro de extinción. Hoy en día se aprovechan sus propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antibacterianas para calmar dolores musculares, tratar golpes y moratones, así como algunos problemas de piel.
Acercándonos a la hora de la comida, nos dirigimos hacia Barruera, donde dicen que “los Pirineos tocan el cielo”. Y allí se encuentra el restaurante El Ventador un lugar donde se respira el puro espíritu de la montaña, la tranquilidad y el gusto por las cosas naturales y bellas, la simplicidad y el cariño por lo tradicional. En sus elaboraciones se mezclan los sabores de la cocina tradicional de la zona con productos frescos de proximidad, carnes ecológicas y las elaboraciones de la cocina de autor. Realmente “tocamos el cielo”, no lo dudéis. Una experiencia gastronómica diferente a lo común en el Valle, sin renunciar a los productos típicos, cercanos y de calidad que nos ofrece este maravilloso entorno pirenaico.
Y seguimos ruta, ahora hacia Llesp. En su término municipal se encuentra RibagorSanes, un centro de investigación alrededor de las mejores manzanas y peras del Pirineo y referencia de la fruticultura en las comarcas pirenaicas. Las condiciones ambientales del terreno hacen que los árboles tengan las características ideales para obtener unos frutos de gran sabor. La altitud, el tipo de tierra, la luz solar, y las noches frescas de verano de la vertiente sur del Pirineo dan a las manzanas y las peras las mejores cualidades en cuanto a color, textura, azúcares y aromas. Se apuesta por la agricultura ecológica evitando el uso de productos químicos para proteger los frutos.
Próxima parada: Durro. Tuvimos ocasión de conocer la tradición de “Les Falles” aunque la festividad se celera el 15 de junio. Las Fallas son unas antorchas hechas de madera resinosa de unos dos metros de largo, que se hacen con trozos de tea de pino enganchados a un palo de fresno con alambres y puntas. El día de las Fallas todo empieza en el Faro, un lugar elevado en la montaña normalmente con muy buena vista sobre el pueblo donde hay plantado un pino y otros árboles para conseguir una hoguera. En este punto es donde se encienden las fallas antes de empezar la bajada. Esta tradición ha sido declarada como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Para completar nuestra excitante jornada nos trasladamos a Barruera donde, en el Restaurante l’Era, degustamos una cena muy agradable e informal, con un servicio atento en un entorno idílico en el centro de la población.
Día 3. Bagergue, Salardú, Pla de Beret, Bordes de Perosa, Valle de Bonabé, Guineueta d’Aneu y Surp.
Una vez desayunados convenientemente para afrontar la siguiente jornada llena de nuevas y excitantes experiencias, nos trasladamos a Barruera donde visitamos Vaca Bruna. Una explotación ganadera familiar ecológica con 100 vacas de raza parda de los Pirineos, amamantadas, en régimen semi extensivo y donde alimentan a sus terneros con leche de las madres, forrajes que ellos mismos recogen y pienso ecológico. Tuvimos ocasión de subir al prado donde pastan y deambular entre ellas. Finalmente en Casa Fardaball nos prepararon una cata de mini hamburguesas de la carne que la granja produce.
Después de más de una una hora de viaje y de poco más de 50 km llegamos a Bagergue, el pueblo más alto de la Val d’Aran (1.419 m). Visitamos Queseria Hormatges Tarrau, la quesería artesanal situada a más altura de los Pirineos regentada por dos hermanos que han conseguido, a base de esfuerzo, ilusión y mucho tiempo de preparación, recuperar un típico queso aranés con la calidad de la leche de vaca de los Pirineos de Lleida.
Próxima parada: Salardú. Está situado en una elevación rocosa a la derecha del río Garona, y donde confluye con el río Unhòla, que rodea el núcleo de Salardú por Norte y por el Este. Dada su situación estratégica a la entrada del Valle por el puerto de la Bonaigua, dio lugar a que desde la época medieval la villa fuera fortificada. En la parte alta, donde hoy está la iglesia, estaba el castillo de Salardú, la torre maestra sería el actual campanario. Hoy quedan escasos restos de la fortificación cerca del ábside de la iglesia. Y es aquí donde, en el restaurante Prat Aloy, degustaremos platos típicos de la cocina tradicional del Valle de Aran.
Por la tarde nos desplazamos en 4×4 desde el Pla de Beret hasta las Bordes de Perosa ya en el Pallars Sobirà. El espectular paisaje nos acompañó durante todo el trayecto. Ya en las Bordas de Perosa, nos prepararon un picnic con una deliciosa degustación de quesos de la quesería Tros de Sort y de infusiones frías de Hierbas del Alt Pirineu.
Después de reponer fuerzas nos esperaba un recorrido, corto y asequible para «todos los cuerpos», en bicicleta de montaña por el Valle de Bonabé desde las Bordas de Perosa hasta el Refugio del Fornet. Traslado en 4×4 hasta Guineueta d’Aneu donde nos alojaremos en el Hotel Poldo, un agradable hotel de estilo montañés con una amplia zona ajardinada que da al lago de la Torrassa. Y…. a pensar en la cena claro.
Nos trasladamos a Surp, a unos escasos 30 km de Guineueta d’Aneu. Allí cenamos en el Espacio Gastronómico Lo Paller del Coc donde la cocina es algo más que preparar comida y la mesa se convierte en un espacio alrededor del cual se comparte la vida. En este espacio Silvia y Mariano, nos ofrecen la posibilidad de experimentar y vivir la gastronomía incluyendo en sus elaboraciones productos del propio huerto o productos de proximidad de km 0, la mayoría de producción ecológica.
Día 4 y último. Olp, Montaña de Llessuí, Congost de Collegats y La Figuereta.
Después de un corto trayecto de 30 minutos llegamos a Olp, localidad perteneciente al municipio de Sort. Visitamos la Bodega Batlliu de Sort donde encontramos «un pedazo de Pirineo en una botella de vino». Sus viñedos están situados en antiguos prados de pasto reconvertidos, rodeados de bosques de robles, durons y almeces, y en el área de influencia del Parque Nacional del Lago de San Mauricio. Trabajan sólo con productos permitidos en la agricultura ecológica, con total respeto al ciclo vital de la vid y los procesos tradicionales. Acabamos la visita con un excelente «desayuno de tenedor» acompañado de una pequeña muestra de sus vinos y de sal de las Salinas de Gerri de la Sal.
Nos montamos en nuestros 4×4 para disfrutar del maravilloso paisaje de la Montaña de Llessuí y llegar a la borda de uno de los productores de carne de la zona, Cal Roi Pastor, una pequeña granja familiar dedicada a pastorear y criar ovejas de «raza xisqueta» mediante la ganadería extensiva desde 1882. Durante la ruta atravesamos pastos donde encontramos a sus anchas vacas y yeguas de otros productores del valle. Ya en la zona de la antigua Estación de Esquí de Llessuí, disfrutamos de una comida BBQ organizada por el Café Pessets. Carnes de cordero, ternera y potro elaboradas de distintas formas, patatas de Llessuí, setas confitadas y «xicoies» son algunos de los platos elaborados siempre con las mejores materias primas del entorno y fabricados por los artesanos del territorio.
Después de comer realizaremos un «corto y sencillo» jeje…. descenso de ràfting por el río Noguera Pallaresa, a través del Congost de Collegats. Para finalizar y quitarles el susto a algunos, degustamos los licores elaborados por la destilería local, Licors Portet en la Figuereta. Son licores elaborados con nueces y plantas de km 0. Llevan más de un siglo produciendo licores y continúan haciéndolo con el método de destilado clásico.
Una última experiencia para dejarnos un buen sabor de boca en esta «Catalunya Experience« por las Terres de Lleida y los Pirineos.