Estos canelones de berenjenas y morcilla os van a robar el paladar y el corazón. Al contrario de lo que pueda parecer, su sabor es suave y el contraste de texturas es espectacular.
Resulta un plato muy equilibrado y también muy nuestro. Una receta tradicional que repetirás una y otra vez.
INGREDIENTES:
- 2 berenjenas
- 1 morcilla de Burgos
- AOVE
- 1 cucharada de harina de trigo
- 1 vaso de leche entera
- 1 cucharadita de concentrado de tomate
- Tomate frito casero
- Bechamel casera
- Queso manchego semi seco
ELABORACIÓN:
Lavar y cortar las berenjenas en láminas (con mandolina). Ponerlas en un bol con agua salada y dejarlas durante 30 minutos. Escurrirlas y secarlas con papel absorbente.
Poner en una fuente refractaria un chorro de AOVE y disponer las láminas unas al lado de las otras. Asar a 180°C durante unos 10 minutos. Reservar.
En una sartén calentar aceite. Quitar la piel a la morcilla y hacer trozos muy pequeños, echarlos a la sartén y sofreír bien. Incorporar la harina y remover para que no se pegue. Cocinar hasta que veáis que la harina está hecha (cuidado que no quede cruda y que no se queme). Añadir la leche y remover hasta que espese a fuego medio suave. Apagar el fuego y dejar reposar.
Extender las láminas de berenjena en una superficie lisa y poner una pequeña porción del relleno en un extremo. Enrollar con cuidado los canelones.
En una fuente para horno poner un poco de tomate frito casero en la base. Ir disponiendo los canelones y cubrir cada uno con un poco de bechamel. Luego rallarle el queso manchego. Hornear a 200°C arriba y abajo hasta que gratine.
Y…… a disfrutar!!!!!!!!
