Hoy os traigo una receta dulce y antigua, con orígenes en mi tierra, La Mancha, pero con clara influencia andaluza.
Los pestiños son unos dulces típicos en Navidad y Semana Santa, son pura tradición y su receta ha pasado de madres a hijas. Estamos ante una mezcla de culturas ya que su historia es muy curiosa con influencia cristiana, judía y musulmana.
El pestiño es un dulce elaborado con una masa de harina, frito en aceite, regado con vino y anís y bañado en azúcar o miel. Ya en «El Quijote» se referían a ellos como «…estos pastelillos fritos…».
INGREDIENTES
- 65 g de aceite de oliva virgen extra
- Ralladura de 1/2 limón
- 65 ml de vino blanco
- 15 ml de anís
- 160 g de harina de trigo tamizada
- Una pizca de sal
- Azúcar de girasol para freír
- Azúcar para el rebozado
ELABORACIÓN
Infusionar el aceite de oliva. Para ello ponerlo a calentar en un cazo. Una vez caliente, retirar del fuego y añadir la ralladura de limón.
Volcar en un bol. Añadir el vino blanco, el anís, la harina y la sal. Mezclar y amasar durante 5 minutos. Dejar descansar la masa y volver a amasar durante 5 minutos más. La masa quedará aceitosa por lo que tendrá apariencia elástica, no pegajosa.
Hacer una bola, cubrir con papel film y dejar reposar durante 30 minutos a temperatura ambiente. Extender la masa con rodillo y cortar unos cuadrados de 6×6 cm. Doblar las esquinas hacia adentro y pegarlas con los dedos añadiendo una gota de agua para ello.
Hacer los pestiños en una sartén no muy grande y con abundante aceite de girasol. Freír sin poner muchos pestiños a la vez. sacar de la sartén y colocar sobre papel absorbente.
Rebozar en azúcar y… a disfrutar.